A pesar de que la historia del automóvil se remonta al siglo XVIII, la historia de los filtros de habitáculo es sorprendentemente corta y se remonta tan solo a los años setenta del siglo XX. En dicho periodo, los fabricantes de vehículos empezaron a analizar conscientemente la importancia de la calidad de aire en el habitáculo.
Saab 900 fue el primer modelo de coche equipado con un filtro de habitáculo. Fue en año 1979. Los parámetros del primer filtro de habitáculo comparándolos con los estándares actuales eran muy pobres y, debido a la ausencia de los métodos de prueba, no podían ser determinados exactamente. La función del filtro consistió simplemente en limitar el acceso de polen y polvo en el interior del coche.
El sector del automóvil vio un potencial negocio en la producción y promoción de la importancia de los filtros de habitáculo. Sin embargo, rápidamente se hizo evidente que a los usuarios de los coches les costaba mucho creer que la filtración del aire que llegaba al habitáculo afectaba a su salud.
La solución que permitió convencer a los clientes de su uso consistió en dotarlos con la capacidad de absorción de olores desagradables. Aunque existían diferentes métodos para la eliminación de olores desagradables del habitáculo, el uso del carbón activado se convirtió en un método más popular – desde hacía años el carbón activo se empleaba con éxito en los sistemas industriales de purificación de aire y agua.
El primer modelo del filtro de habitáculo con carbón activado se usó en 1991 en los modelos de la Clase S de la marca Mercedes Benz. El siguiente filtro de este tipo se empleó en el BMW de la Serie 7 en el año 1993.
La utilización de medidas que garantizaban la protección antialergénica constituye otra etapa importante en el desarrollo de los filtros de habitáculo. La creciente conciencia ante el riesgo de los síntomas de las enfermedades alérgicas contribuyó a la aplicación de las soluciones descritas. Según la Organización Mundial de la Salud, las reacciones alérgicas ocupan el tercer puesto entre las dolencias crónicas más frecuentes en el mundo.
Cabe señalar que todos los filtros de habitáculo FILTRON tienen de serie la tecnología PROTECT+, que detiene los alérgenos e impide el crecimiento de bacterias y moho en el filtro. La eficacia de la solución fue confirmada por pruebas de laboratorio en el Instituto MPA de Bremen. La tecnología se basa en un recubrimiento de micropartículas visibles bajo el microscopio, que atraen y luego dañan las células de los microorganismos.
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La marca FILTRON ofrece a los mecánicos filtros precisos y fiables desde el año 1982. Miles de mecánicos aprecian tanto la alta calidad de los filtros FILTRON como una serie de comodidades que facilitan el montaje y la atención al cliente a diario.
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